jueves

Poblana(s) feminista(s)

Estábamos alrededor del delicioso mole poblano, Elva RG, Patricia GG, Paz DD y yo. Después de la inauguración del "2° Encuentro del Bicentenario de la Independencia de México y Centenario de la Revolución Mexicana: Pasado, presente y perspectiva de México El Desarrollo de la Ciencia, la Tecnología y la Investigación, alrededor del Período de la Revolución Mexicana al México Contemporáneo: 1910 a 2000", platicamos de tantos temas, como de la terrible generalidad de los ponentes anteriores, de la alimentación vegetariana y carnívora y sus beneficios, de la salud.
Y de ahí, de forma maravillosa, saltamos al tema de la menstruación. De la menopausia, de la ooforectomía y la histerctomía, de los ciclos regulares e irregulares. Me sentí trasladada a un nuevo Círculo Menstrual en tierras conservadoras. Y lancé un grito de felicidad por el hecho de encontrar solidaridad entre otras mujeres.
La narración no seguirá el acomodo cronológico porque temáticamente se continúa con la mesa “Los aportes de las mujeres en la ciencia y la tecnología: de la Revolución Mexicana al 2000”. Exposiciones muy divergentes compusieron ese espacio, ya que la mayoría estaba muy bien estructuradas y otras eran simples descripciones temáticas y cronológicas.
Pero lo que más me impresionó era la combinación de las estrategias de lectura apasionada (o con el corazón) y preguntas pertinentes contestadas eficazmente. Temas que me hubieran parecido aburridos se desdoblaban como asuntos definitorios de la cultura mexicana, y qué digo mexicana, mundial. Así, enterarme de las transformaciones de la participación de las mujeres en tres congresos científicos y de las condiciones educativas y laborales de las farmacéuticas en Guadalajara a principios del siglo XX, me pareció una gran enseñanza. Espléndido.
Mejor aún fue trasladarme en el tiempo, y no en el espacio, a las reuniones de feministas que, en los años setenta y ochenta, ocuparon el mismo salón Barroco del edificio Carolino de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla para discutir y reflexionar temas netamente feministas y políticos, e incidir, poco, en modificaciones jurídicas. Y no contentarse con ello, sino seguir en la academia y en la casa y en la calle y en los pasillos preguntando, sosteniendo, argumentando sobre la realidad…
La imagen que suscitó en mi cabeza la revista Sororidad me lanzó a esa solidaridad que había vivido con mis compañeras (ahora sorelle) la tarde anterior. Con Patricia charlé tanto que me sentí tan contenta de coincidir con experiencias tan diferentes a las mías pero, al final de cuentas, tan comunes. Puntos de vista que compartimos, que nos revelamos, que nos animaban a ir de La pasita al bar de Profética, encontrarnos con Jis y Trino y luego a caminar al parque del Artesano ya de noche.
Y a reírme de la incapacidad de otras relaciones que, precisamente, no se cimentaban sobre la igualdad y la diferencia sino sobre el sometimiento. Sí, porque toparme con un individuo que buscó disminuirme para demostrar-se y demostrar-me que por ser hombres son superiores me llevó a la carcajada plena, a reencontrarme con esa mujer que cuenta con un cuarto propio --siguiendo la recomendación que hiciera Virginia Woolf-- y que, por eso mismo, sabe de su relación consigo misma, con las otras y con el mundo, ya sin rencor alguno.

http://circulomenstrual.blogspot.com/

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