lunes

El tejido de la vida

Quizá porque el tejer, como verbo y como acción sustantiva, me refiere a las actividades femeninas o consideradas únicamente femeninas, lo retomo como pretexto para este espacio, en el cual me permitiré hacer hincapié en algo que he estado meditando por varios meses...

Este texto hilado habla de la creatividad y las redes de las mujeres a mi alrededor.


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De hilos y estambres

Me gustan los hilos, los estambres. Sentirme entre colores y texturas, entre olores y posibilidades. Porque eso es una bolita de estambre: un sueño por hacer deshaciendo otro sueño, otro enredado sueño de muchos otros...

Quizá estas bolitas de estambre puedan ser metáforas de nosotras, de nosotros. Algun@s somos más suaves, más reconfortantes, más rasposos, artificiales, naturales, mixtos, bellos, delgados, gruesos, resistentes, débiles, inmensos, cortos, complicados, sencillos, luminosos, oscuros, coloridos, monocromáticos...

Pero eso sí, todos cambian con el tiempo. Comienzan en un principio y terminan en un final con altibajos sorprendentes... algunos con defectos de fábrica que los embellecen, que los engrosan o adelgazan o, en muchos casos, que están rotos y unidos por un nudito. También se vale, ¿no?

Es el material de la vida misma. Posibles caminos que se pueden tejer o no con esos conjuntos de distintas fibras. Que se enredan, que se deshacen, que se anudan, que se cortan y se vuelven a juntar.

Cada uno como un hilo. Cada uno como un estambre participando de este tejido.


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Las agujas (o ganchos)

Pienso a las agujas como aquellos contextos, momentos y coyunturas donde se reúnen tiempos y espacios y que van creando ambientes adecuados donde prosperan amistades, amores, odios, sinceridades, engaños. La vida misma, pues.

Si, las intituciones o los conjuntos sociales son las agujas que van, según sus propios intereses, reuniendo a infinidad de hilos, salidos de acá, de allá, de acullá. Así, el primer entorno, como la familia, te va llevando por lugares que uno ni se imagina y te va conectando con otros hilos. Luego, las escuelas. Las universidades, el trabajo, los trabajos o el desempleo, los círculos políticos, vecinales, las naciones, etcétera.

Como agujas, estos sectores tienen su propio ritmo y objetivo. A veces uno se da cuenta de participar en ello, otras ocasiones no. Y por eso algunos hilos están frustrados. Otros contentos. Esto es, hay de todo.

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El bordado y el decorado

Cuántas veces vemos tejidos que nos maravillan o que nos repelen. Así como un vestido, una blusa o un sweter, los bordados y decorados se deben a tantos factores pero en los que se define la belleza de la puntada dependiendo de los hilos, de las agujas, del cariño...

Los bordados que más me gustan son los que están hechos con eso. Con pasión y un chingo de amistad. De solidaridad, de sororidad, de confianza, de entrega, de permisos, de compartir, de risas, de gusto.


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Las redes y las cobijas

Hace poco, cuando cambió mi vida, me dí cuenta, a partir de un balance rápido, que los hilos con los que estoy conectada y con las agujas con las cuales camino han sido maravillosos y espléndidos. Por eso mismo, por su entrega, por su apapacho, por su solidaridad. Siempre soportando y sosteniendo mis días duros, infelices, de demonios y haciendo aparecer unos tejidos muy coloridos que dan gusto mirarlos y vestirse con ellos. Taparse del frío de otras agujas y otros tejidos; protegerse de agujas con ponzoña y veneno infalible.

Por eso, quiero dejar testimonio de algunos hilos con los cuales he coincidido y que me dejan más que satisfecha, más que resuelta, más que entusiasmada... Sólo nombres, sólo anécdotas, sólo momentos, sólo vivencias, sólo bordados y decorados que conforman esta mi cobija... Quizá las enlisto como un homenaje a mi. Sé que por ser un espacio de ego y estar perdido entre otros más novedosos muy pocos lo leerán. Ese resquicio de privacidad me mueve a disponerlos, a dictarlos...

Ah, son sólo las damas, las chicas, las hermanas, le sorelle... Luz, Irina, Erika, Aranjuez, Flor, Mariam, Miriam, Eugenia, Terekua, Tere E., Viki, Sujaila, Oralia, Alma, Gina, Laura, Martha, Susana, Ivonne, Elisa, Elena, Andrea, María Luisa, Sandra, Martita, Liliana, Marijo, Isabel L., Isabel Polé, Deneb, Ginger, Geraldine, Tayra. Por supuesto, Guadalupe.

Con las que he vivido miles de nuditos extraordinarios, ya en la calle, en las casas, en las instituciones, en la selva, en el desierto, en las playas, en las ciudades, en la vida virtual, en la vida... carajo, sólo en la vida. En el corazón también.

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Como Penélope, uno puede tejer y deshacer los tejidos, los bordados, ya recurriendo a deshilar todo o mediante zurcidos. Invisibles o no. La cosa es quedar satisfecho con lo que se ve, con los frutos por recoger, con la chambrita o chalecito por vestir. Con que a uno le quede la prenda, no hay vuelta de hoja, la vida podrá ser bien llevada. Como la mía el día de hoy.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Gracias por compartirlo, sobra decir que en todo este tiempo la que más ha aprendido soy yo.
Te quiero, mujer decidida y valiente.

nichim dijo...

ili: gracias, por compartir tu cariño y tu sabiduria, me facina el rumbo que ha tomado tu vida y te admiro mucho, pero sobre todo te quiero muchisisisisisimo, besos, flor

Laura dijo...

Gracias Ilih, por compartir parte de tus experiencias con nosotras. Tu mabién eres parte de mi tejido (raro), pero eso es lo que le da la magia

Siempre adelante!!!!!

laurasina dijo...

Después de tres intentos para mandar este mensaje, creo que va la buena.

Gracias por compartir tus experiencias con nosotras. Tu también formas parte de mi tejido (raro)pero eso es lo que le ha dado su magia

Siempre adelante!!!

Ilihutsy dijo...

Agradezco a Mariam el envío de las tres fotos de los coloridos y lindos estambres... También, por supuesto, a todas mis amigas que me han contestado a esto de diversas formas y en diversos momentos.