miércoles

Pedro Loza e Independencia

América y yo nos trasladamos en la Ruta 260 hacia el centro mientras entonábamos la canción, una y otra vez "En Guadalajara fue, en Guadalajara fue, donde, donde yo me enamoré, donde yo me enamoré...".



En realidad, nos urgía llegar a la Biblioteca Octavio Paz, lugar de culto para los visitantes. Lugar de trascendencia por las vivencias que te puede trasmitir ese espacio, ese universo de conocimientos. "La conocí en la Central, comprando un virote descomunal, por la calzada yo me fui, siguiendo sus pasos me perdí, en San Juan de Dios la encontré y en el mercado me la ligué, la agarré de la cintura, y le dije con dulzura, deme un besito siquiera, ándele no sea ranchera, no seaaaaa rancheeeeeeera, jajaja".

Y caminábamos por Pedro Loza mientras mirabamos el lindo cielo azul y el calorcito que nos convocaba a apurar el paso. "Nos subimos al par vial, visitamos Catedral, la pasee por todo el centro, nos clavamos muy adentro. En la Plaza Tapatía, nos siguió la policía, nos metimos al Hospicio, a ponerle a nuestro vicio, a nuestro viiiiicioooooo, jojojo. Vimos bicis, vimos motos y en la calle muchos jotos, caminamos por la Juárez, rumbo al cine Variedades, nos dimos un toquecito y se le abrió el apetito, el apetiiiiiitooooo, jojojo".


Le llamé a Miguel. La canción de El Personal nos seguía acompañando, era nuestro fondo musical. Cuando de pronto, vi a Ramón atravesar la calle. Grité: "tú eres mi primo, deténte ahí". Pocos segundos depués llegaron Miguel y Laura. Y así, comenzó una coincidencia más en Pedro Loza e Independencia.

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