domingo

Tutuli usi o la pequeña historia de la mayo que se perdió entre los yaquis


Orgía fariséica en El Júpare

La pequeña historia de ili usi, una mayo perdida entre los yaquis; cuento conocido como la historia de la obtención de un nuevo nombre

Había una vez una chilanga que tenía un nombre muy bonito pero inentendible para la mayor parte de sus vecinos y amigos. Lo extraño no era sólo el nombre, sino también su origen. El nombre era así: Ilihutsy. Este era una voz cahita que traía puesto como si fuera un vestidito dominguero, el cual provenía de los valles del lejano Sonora. Y no de cualquier valle, sino de los mayos. Cuando alguien escuchaba esto, inmediatamente erraban y decían, ¿península de Yucatán? "Nooooo", se debía responder, "no mayas sino mayos, los parientes de los yaquis". Y los yaquis, con tanta fama, siempre salían bien librados en los recuerdos de los demás.

Por eso es que esta Ilihutsy, aunque tenía familia en la región mayo, prefirió siempre decir "yaqui". Esa confusión que aclaraba a los demás se volvió casi una obsesión para esa chilanguita. La obsesión devino en sueño... y como fue momento de ejecutar sueños, se fue para el sur del norte a conocer los pueblos yaquis.

Un día en semana santa bajó del camión en Pótam y caminó rumbo al atrio. La felicidad empujó a guardar testimonio de esos primeros segundos en el centro comunitario. A lo lejos se veían la iglesia, el cementerio y la peregrinación que empolvaba todo lo habido. Tres fotos de la panorámica; dos breves videos que registraban ese gusto de pisar tierra deshecha por el transitar de miles de pies indígenas rebeldes.

La intención de alcanzar al grupo y el cuidado por caminar en las brechas secas se llevaron todo el foco de atención por lo que la llegada de los soldados yaquis no fue percibida sino cuando ya éstos estaban encima de la chilanga. Ellos gritaron, "ey, niña, niña, detente". "¿Niña?", se escuchó decir a Ilihutsy mientras ella embozaba una leve sonrisa.

Las autoridades tradicionales yaquis querían hablar con la extraña que ingresaba al atrio y tomaba fotos y videos ya que esta práctica estaba prohibida. El grupo conformado por los yaquis y la yori se dirigió a un costado de la iglesia mientras se acompañaban por muchas miradas de curiosos.

La chilanga sólo acertó a decir: "Buenas tardes. Discúlpenme. No sabía que con estos actos estaba infringiendo las reglas. Por supuesto que borraré las imágenes. Por favor, corrobórenlo. Me llamo Ilihutsy y mi familia es de Huatabampo. Estar aquí para mí es todo un honor y no quisiera interrumpir en lo mínimo su celebración. Desde niña quise estar aquí, es mi sueño, y por eso estoy muy apenada con mi actuación, pero es que ignoraba esta regla. Discúlpenme". Todo fue aceptado, perdonado y supervisado. Las palabras de la respuesta de bienvenida y tranquilidad eran emitidas por rostros duros.


El susto fue reflexionado al interior de la Iglesia de la Santa Trinidad. Bajo la sombra, Ilihutsy se dio cuenta que haciendo lo indebido para cualquier persona, sobre todo para un antropólogo, había logrado trasmitir su mensaje directo a las autoridades indígenas. El mensaje fue muy oportuno porque salía de su corazón y sueño; llegó directamente a los oídos de los yaquis. Y en estos oídos, seguramente, tuvieron una buena acogida porque no hubo mayor problema.

Corrió el rumor de que una mayito estaba en la celebración de semana santa. Y así conoció a Régulo. Y cuando él se enteró que Ilihutsy era ili usi, la risa comenzó a hacerse un hilo para tejer una relación de amistad entre este yaqui y esta yori que tenía herencia yoreme mayo. Por eso es que Ilihutsy cantó en cahita ("Ume ili jia jimito jume mamato/ ume ili jia jimito jume mamato/ señoam juni mamatoka chachakula bobocham/ señoam juni mamatoka chachakula bobocham/ lairalairalalairailaila...").

El yaqui le dijo: "ya no eres ili usi, ya no eres pequeña; ahora eres tutuli usi, eres niña bonita".


Y dicen los viejos que así fue esa historia de la niña pequeña Ilihutsy que con vivencias de fariseos entre los mayos entró con un nombre y después de que se perdió entre la polvareda de la ceremonia de viernes santo con los chapayeques salió con otro apelativo.


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Para saber de las ceremonias de semana santa entre mayos y yaquis, sus diferencias, similitudes y objetivos así como de su historia emparentada:

Jacinto Barrera Bassols, Los mayos, México, Instituto Nacional Indigenista, 1978.

Rosalino Choqui Moroyoqui, "Asentamientos de reliogiones que afectan creencias, usos y costumbres", en Ce-Acatl. Revista de la cultura de Anáhuac, n. 95, julio de 1998, pp. 73-74.

Ross Crumrine, El ceremonial de pascua de los mayos. Identidad del grupo sonorense, México, Dirección General de Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes/ Instituto Nacional Indigenista, 1990.

Carlos Filio, "Los músicos de Huatabampo", Revista Universidad Nacional de México, n. 9. octubre de 1936, Tomo II.

Cécile Gouy-Gilbert, Una resistencia india. Los yaquis, México, Instituto Nacional Indigenista/ Centre d´Etudes Mexicaines et Centramericaines, 1985.

Tirso Juchimea Buitimea, "Derechos religiosos en el pueblo yoreme", en Ce-Acatl. Revista de la cultura de Anáhuac, n. 95, julio de 1998, pp. 69-72.

Andrés Lionnet, Los elementos de la lengua cahita (yaqui-mayo), México, Instituto de Investigaciones Antropológicas/ Universidad Nacional Autónoma de México, 1977.

Gustavo Lorenzana Durán, Tierra y agua: una historia política de los valles del Mayo y del Yaqui (1934-1940), Hermosillo, Departamento de Historia y Antropología/ Universidad de Sonora, 2006.

Gustavo Lorenzana Durán, Política agraria y movimientos campesinos en los valles del yaqui y mayo (1915-1934), Hermosillo, Instituto de Investigaciones Históricas/ Universidad de Sonora, 1991.

Flavio Molina Molina, Nombres indígenas de Sonora y su traducción al español, Hermosillo, [s/e], 1972.

María Eugenia Olavarría, Análisis estructural de la mitología yaqui, México, Instituto Nacional de Antropología e Historia/ Universidad Autónoma Metropolitana, 1989.

Mariángela Rodríguez, Entre el sol y la luna. Etnohistoria de los mayos, México, Dirección General de Culturas Populares/ Secretaría de Educación Pública/ Premia, 1986.

Edward H. Spicer, Los yaquis. Historia de una cultura, México, Instituto de Investigaciones Históricas/ Universidad Nacional Autónoma de México, 1994.

José Velasco Toro, Los yaquis: historia de una activa resistencia, Xalapa, Universidad Veracruzana, 1988.

P. P. de Wolf, Esbozo del mayo sonorense. Tomo I, Hermosillo, Universiddad de Sonora, 1997.

Palemón Zavala Castro, El indio Cajeme y su Nación del Río Yaqui. Ju-u ioeme Ca-ieme intoc nacionata jiac bat-ue, México, Gobierno del Estado de Sonora, [1985].

2 comentarios:

Geraldine dijo...

Existe, es verdad. Yo conocí a esa niña!

Cynt dijo...

Puedo presumir que esa niña bonita, es mi hermanita!!!! =)