viernes

Ilusiones rotas

Leo El libro de las ilusiones 
de Paul Auster,
y pienso en mis ilusiones.

Descubro que,
así como me caí hoy por la mañana
al correr en el parque con Bamboo,
también las ilusiones se caen,
rompen, sangran
y
a veces se infectan.

In fec tan.

Recuerdo el olor y la textura
de mis ilusiones.

Una era, solo era.
Nunca había aparecido.
Ante tanta insistencia,
brotó
de corear "mujer mariposa...",
emergió de algo oculto
de algo insospechado dentro de mi.

Pero, ¿qué no es in-sos-pechado en mí?

En torno a la playa del amor,
murió.
La ilusión se rompió en mil p e d a z o s.

Se fue con la marea.
Se fue con los muertos.

La segunda, solo pasó por mi cabeza
y la de decenas de amigos que me rodean.
Ya no me mudaré,
ya no aprenderé,
ya no coordinaré.

Descansan esas
-y otras-
ilusiones rotas.
Algunas se curan,
tal como mis rodillas
que hoy son de niña...




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