Porque lo más difícil en una relación de pasión y amor no es encontrarse en un camión por coincidencia; ni siquiera decirle que estarás con él si cumple con los requisitos mínimos que, a decir verdad, son máximos; o determinar romper con reglas que uno siempre se impuso, como el casarse o dejar afuera los tapujos.
No, lo complicado es dejarse fluir y decidir continuar enamorada. Percibir cómo reverdecen los campos y montañas dentro de nuestros ojos debido al intercambio de miradas; sentir los vellos levantarse al rozar las piernas cansadas y atléticas; saber de aquellos ojos furtivos nocturnos y vespertinos; intuir lo que queremos y lo que pasará...
Ese el reto. Mantenerse como una gota tibia descendiendo lentamente por su cuerpo desnudo. Ese el reto.
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