Noche de tristezas

Hace unos días una amiga me platicó de los días tristes. Estos existen no sólo para los individuos sino también para los grupos, los sectores, los partidos, las sociedades.
Dicen que también la luna influye en ella; dicen que la crisis la incrementa...
La infelicidad.
Ese resquicio de abandono, presión, angustia, amargura, miedo, paranoia, olvido, desconfianza, envidia, dolor, desesperación, incertidumbre y violencia... se aparece y viene a disminuir la felicidad. Esta es la que con muchas dificultades se va extendiendo hasta lograr sonrisas y deseos y esperanzas y gozos y disfrute y amor y amistad y placer.
Y entonces, como en un viejo juego de pelota prehispánico, la felicidad y la infelicidad se van disputando la victoria. Y el resultado puede ser tan arbitrario y sorprendente. Como esta misma noche que, con historias tristes y con miedo que le suceden a amigas cercanas y queridas, además de otras muy tontas que me sacuden, concluyó en una reunión de querencias y de esperanzas, de nuevos ciclos y oportunidades.