miércoles

Si/No







Y decidí marchar. Más de dos años que no lo hacía, que sólo escuchaba sobre el clamor popular y las reuniones multitudinarias que antes, siempre, me congregaban. Aquellas que me hacían corear enunciados, frases y consignas conocidas, justas y de izquierda. Pero ahora soy otra, me sé otra. Y eso me detenía para asistir y caminar por las calles con el objeto de tomar los únicos espacios netamente populares y gritar, exigir y denunciar. Así que me reuní con otras voces y cuerpos en el silencio del contoneo político. El 8 de mayo llegaba a la ciudad de México la Marcha contra la Violencia convocada por Javier Sicilia, la cual partió de Cuernavaca, Morelos dos días antes. El cansancio social ante la violencia en la cual estamos inmersos los civiles fue la unión. Y pensé que debía estar ahí por el compromiso que tengo pero también porque he sufrido la violencia (de género) directamente. Eso me hace victima de la violencia y responsable de mi vida y de mis pasos.


Recorrí el Eje Central Lázaro Cárdenas. Llevaba el silencio como consigna al mismo tiempo que en mi pancarta el NO se dibujaba por la historia, argumentos y palabras de mi decisión de oponerme a la violencia. Cuando pasaron los días, se me reveló en la cabeza la necesidad de llevar más allá mi argumento del NO y por eso delineé el SI a lo que quiero, deseo, sueño y necesito.


Un NO y un SI acompañan este trecho que ahora camino.


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