Pero después, a unos días de nuestra estancia en Tosepan Kali, lo mágico de Cuetzalan del Progreso se nos reveló en los siguientes hechos: ser chicos bambúes en casas y habitaciones bambúes, el encuentro con una guerrera yugdoíta al correr por la carretera, recargarnos entre tanta luz y sombra -las cuales provenían del interior de la tierra en las grutas y en la colmena auditorio- y una tormenta eléctrica que salía de nuestros corazones mientras meditamos...
Confirmamos, entonces, que Cuetzalan es un pueblo mágico de a-de-veras.
http://www.cuetzalanmagico.mx/
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