viernes

Desenredada en España, 2018



Somos lo que pensamos. Esto significa que la idea genera la materia y las emociones, o por lo menos éstas son orientadas.

Si bien la frase puede ser fácilmente ridiculizada porque es una generalización, cuando entra en tu vida sin que te des cuenta significa que has sido arrastrado por una idea del inconsciente, quizá debido a que muchas veces la has dicho o leído. Es entonces cuando la frase cala hondo dentro de ti, y se convierte en cierta porque ha sido vivida.

Así comienza mi historia. Dije, leí, escribí y pensé tantas veces “enredos” que terminé enredada. No de un día para el otro, sino a lo largo de semanas, meses y años. Aproximadamente durante tres ciclos solares. Hoy me percato de este extravío, hago mi balance y lo confieso públicamente para percibir la vibración profunda de esta enseñanza.



Mi tesis de doctorado en Historia habla de enredos administrativos. Poco a poco fui enmarañándome en complejas historias del pasado y del presente. A nivel intelectual, el más visible para mí, fue ocasionado por un problema y tema de gran reto pero confuso por sus fuentes documentales extraviadas, falsas y con saltos al vacío. A nivel emocional también me enredé por supuesto, debido a mis lazos erótico-afectivos que no solo me llenaron de amor sino también de incertidumbre, círculos viciosos, ansiedad, sexo increíble, entre más experiencias. A nivel corporal fueron francamente dolorosos los enredos, los cuales surgieron a causa de mis pasos ciegos que me ocasionaron un esguince y nudos en el nervio ciático. A nivel amoroso también los tuve porque rompí lazos entrañables que espero zurcir pronto.

Tres años después miro lo que he hecho. Respiro alarmada y confundida, con miedo. Pero me abandono a la idea de lacerarme más. Entonces comienza la inhalación majestuosa, la que abre pecho y corazón al cien por ciento, y la exhalación relajante que me magnetiza por su realidad.


Oros, copas, bastones y espadas deberían estar armónicos. Deberían. La realidad de la vida es que siempre hay enredos o desequilibrios en las cuatro esferas. La respuesta llega a través de orden y disciplina, lo cual emparejaría a los elementos más distorsionados. El Yug-Do me socorre, nuevamente.

También me puse a tejer para darle un sentido al hilo recientemente desenredado. Así fue que la trama comenzó a presentarse de manera plena. Y resolví rompecabezas para reordenar mi caos. Solo así entendí lo que pasó y por qué lo viví. 

Y sé que ese desenredo inició con una nueva versión de mi tesis, con mi atención al nodo corporal y con la decisión de Christian de ir a Tepotzotlán. El desenredo me premió con el viaje a Tenerife y en el Encuentro con el maestro y los demás hermanos de Yug-Do. Allí se asentó con los estudios alquímicos y se fortaleció con paisajes y aromas de las islas Tenerife e Ibiza.

Noté que en estos espacios españoles, Tenerife, Ibiza, Toledo y Madrid, fui abrazada con todo lo acontecido y visto así como con la fauna y la flora. Entre estos últimos, los nopales o piteras me recordaron que soy mexicana pero aún más soy un ser humano en búsqueda de sí misma. Soy en plena indagación de un ser sin enredos, de un ser luminoso y agradecido.















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